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consigo entender esta t�ctica... Los tipos-I resultan m�s dif�ciles de destruir, pero los
dise�os imperiales tienen m�s potencia de fuego.
�baht clavó la mirada en la pantalla t�ctica.
Comunique a la armada que todas las naves deben reducir la velocidad a un octavo.
Vamos a ganar un poco de tiempo para tratar de entender todo esto. �Y qu� pasa con los
tipos-I? �Hay alguno que se haya detenido?
No, ni uno solo. Siguen viniendo hacia nosotros dijo el oficial t�ctico.
Transcurrieron unos segundos . General, los tipos imperiales est�n alterando el rumbo.
Ya no cabe ninguna duda de ello. No s� qu� puede estar ocurriendo... Puede que el virrey
haya tenido un ataque de cordura.
�baht pensó inmediatamente en la afirmación, oficialmente negada, de que la Liga
hab�a firmado un tratado con algo llamado la Gran Unión Imperial.
O alguien que no es el virrey acaba de tenerlo dijo . Puede que haya habido una
peque�a discrepancia entre amigos mientras ven�an hacia aqu�. Vamos a ver si podemos
agravarla. Fuerzas Expedicionarias Liana Negra, �pice y Cerradura: ya pueden quitarse el
bozal. Persigan al enemigo e inicien la confrontación con �l.
A bordo del Orgullo de Yevetha hab�a 513 veteranos del Mando Espada Negra y m�s
de 15.000 yevethanos. Esas proporciones no preocupaban al mayor Sorannan. Su
contingente estaba armado con algo m�s que los desintegradores y una profunda
motivación. La nave ya se hallaba bajo su control, y ocuparse de sus �ltimos propietarios
no era m�s que un simple detalle.
Sorannan pensó que hab�a una iron�a deliciosa en el hecho de que el instrumento
principal de su libertad fuese un circuito de control remoto al que los ingenieros sol�an
referirse llam�ndolo circuito esclavo.
Tres minutos despu�s de que hubiera presionado el botón que hab�a desviado las
naves de la trayectoria de confrontación con la flota de la Nueva Rep�blica para dirigirlas
hacia Byss, el capit�n Eistern y tres hombres m�s que en el pasado hab�an desempe�ado
funciones de mando en la sección de ingenier�a se reunieron con �l en la sala de control
de fuego.
Parece que ha conseguido arregl�rselas muy bien sin nosotros, se�or dijo Eistern
mientras contemplaba la carnicer�a del pozo y los zarcillos de humo que todav�a brotaban
de los controles sobre los que hab�a derrumbados tres cad�veres ennegrecidos.
No me han dado ning�n problema dijo Sorannan con evidente satisfacción.
Eistern alzó la mirada hacia el holograma de seguimiento.
Ojal� pudiera decir eso acerca de la Alianza murmuró . Parece que vienen a por
nosotros... Supongo que ya sabe que no estamos preparados para pilotar esta nave en
una situación de combate, �verdad?
Nos iremos antes de que puedan alcanzarnos dijo Sorannan.
Ni siquiera saben qu� est� ocurriendo aqu�. Si lo supieran, quiz� ni se molestar�an en
acabar con nosotros.
Tengo intención de explic�rselo, pero no por esa razón dijo Sorannan . Quiero
que sepan a qui�n deben esta victoria.
Volvió a su sillón de control, extrajo un par de tableros de sistemas de los paneles y
volvió a introducirlos despu�s de haberles dado la vuelta. Los monitores parpadearon
mientras las pantallas se alteraban para reflejar las nuevas funciones que estaban siendo
controladas desde aquel nexo.
�Puede o�r esta transmisión, general �baht?
Aqu� �baht. Hab�a curiosidad en su tono . Tenga la bondad de identificarse.
Me enorgullece poder hacerlo, general. Aqu� el mayor Sil Sorannan del Mando
Espada Negra de la Armada Imperial, capit�n en funciones del Destructor Estelar
Intimidador y comodoro del Escuadrón del Campamento Pa'aal.
No estoy familiarizado con su unidad, mayor.
Sorannan dejó escapar una seca carcajada.
Acaba de entrar en acción, general, y lamento que usted no haya podido estar
presente para asistir a su bautismo de fuego.
Si sus intenciones no son hostiles...
Siguen sin gustarnos tan poco como la �ltima vez en que nos enfrentamos a ustedes
dijo Sorannan , pero no lucharemos para defender a quienes nos esclavizaron.
Entr�guense y no sufrir�n ning�n da�o.
Oh, no dijo Sorannan . Ya llevamos demasiado tiempo aqu�. Hemos aguantado
casi trece a�os de infierno en este sitio, y sin disfrutar de un solo d�a de vacaciones... No,
general. Esto es una despedida. Nos llevamos todo lo que nos pertenece, empezando por
nuestra libertad y estas naves. En cuanto a los yevethanos, dejaremos que ustedes se
ocupen de ellos.
Sorannan presionó los botones central y tercero de la varilla y una se�al de
hipercomunicaciones que no pod�a ser bloqueada ni interferida atravesó el vac�o hasta
llegar a los circuitos de control remoto enterrados en las profundidades de la arquitectura
del sistema de mando de cada navio de combate imperial desplegado en N'zoth y en sus
mundos-hijos esparcidos por todo el c�mulo.
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