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con milicianos de Finn encima de cada una de las conejeras desde el momento (y si) en
que los cruceros pasaran alrededor de Luna por su lado m�s lejano... para que no
volvieran a cogernos desprevenidos. M�xima presión y trajes-p a mano en todas las
conejeras. Todos los militares y semimilitares en alerta azul a partir de las cuatro de la
tarde del s�bado, y en alerta roja si las naves maniobraban o lanzaban misiles. Los
artilleros de Brody estimulados a ir a la ciudad a divertirse y emborracharse, hasta las 3
de la tarde del s�bado. Esto �ltimo hab�a sido idea del profesor. Finn quer�a dejar a la
mitad de ellos de servicio, pero el profesor alegó que estar�an m�s en forma para una
prolongada vigilia si antes se hab�an relajado y divertido a su gusto. Yo estuve de acuerdo
con el profesor.
En cuanto a bombardear Tierra, no introducimos ning�n cambio en la primera rotación.
Obtuvimos respuestas angustiadas de la India, ninguna noticia de la Gran China. Pero la
India ten�a pocos motivos para quejarse. Teniendo en cuenta la densidad de su población,
hab�amos escogido cuidadosamente los objetivos: aparte de algunos parajes del Desierto
de Thar y las cumbres de algunas, monta�as, los blancos eran aguas del litoral alejadas
de los puertos.
Pero ten�amos que haber escogido monta�as m�s altas o haber escatimado nuestras
advertencias. Al parecer, algunos sacerdotes seguidos por incontables peregrinos hab�an
decidido trepar a las cumbres escogidas como objetivos para desafiar a nuestra represalia
con su �fuerza espiritual�.
De modo que volv�amos a ser asesinos. Adem�s, nuestros disparos al agua mataron a
millones de peces y a muchos pescadores, ya que los pescadores y otros trabajadores del
mar no estaban enterados de nuestras advertencias. El gobierno de la India parec�a
lamentar tanto la muerte de los peces como la de los pescadores. Pero el principio de que
toda vida es sagrada no ten�a vigencia para nosotros: deseaban nuestras cabezas.
En �frica y en Europa la reacción fue distinta. La vida nunca ha sido sagrada en �frica,
y los que quisieron presenciar el espect�culo en primera fila no fueron llorados en
demas�a. Europa dispuso de un d�a para enterarse de que pod�amos alcanzar el objetivo
que nos propusi�ramos y de que nuestras bombas eran mortales. Murieron algunas
personas, s�, especialmente obstinados lobos de mar. Pero no murieron enjambres de
curiosos, como en Am�rica del Norte, o de fan�ticos religiosos, como en la India. Las
bajas fueron incluso menores en Brasil y otras partes de Am�rica del Sur.
Luego volvió a tocarle la vez a Am�rica del Norte... a las 9 h. 50'28" del s�bado 17 de
octubre de 2076.
Mike lo cronometró para las 10 en punto de nuestra hora lunar, calculando que el
progreso en órbita de Luna y la rotación de la Tierra determinar�an que Am�rica del Norte
se encontrara frente a nosotros a las 5 de la madrugada de su hora de la Costa Oriental, y
a las 2 de la madrugada de su hora de la Costa Occidental.
Pero la discusión acerca de aquel nuevo bombardeo se hab�a iniciado a primeras horas
de la ma�ana del s�bado. El profesor no hab�a convocado al Gabinete de Guerra, pero
comparecieron todos, menos �Clayton� Watenabe que hab�a regresado a Kongsville para
hacerse cargo de las defensas. El profesor, Finn, Wyoh, el Juez Brody, Wolfgang, Stu,
Terence Sheenan y yo: ocho opiniones distintas. El profesor tiene razón: m�s de tres
personas no pueden decidir nada.
Seis opiniones, deber�a decir, ya que Wyoh mantuvo su linda boca cerrada, lo mismo
que el profesor, que actuó de moderador. Pero los otros hac�an tanto ruido como
dieciocho. A Stu le ten�a sin cuidado el blanco que escogi�ramos... con tal de que la Bolsa
de Nueva York abriera el lunes por la ma�ana.
- Nosotros vendimos a la baja en diecinueve direcciones distintas el jueves. Si no
queremos quedar arruinados, mis órdenes de compra cubriendo aquellas bajas tienen que
ser cumplidas. D�selo, Wolf; haz que lo comprendan.
Brody quer�a utilizar la catapulta para destruir cualquier otra nave que intentara
abandonar la órbita de Tierra. El juez no sab�a nada de bal�stica: para �l, lo �nico que
importaba era que sus artilleros se encontraban en posiciones comprometidas. No quise
discutir, ya que la mayor�a de las cargas estaban ya en órbitas lentas, y las restantes no
tardar�an en estarlo... y no cre�a que la catapulta principal estuviera en nuestras manos
mucho m�s tiempo.
Sheenie opinaba que lo mejor que pod�amos hacer era dejar caer una carga sobre el
edificio principal del Directorio de Am�rica del Norte.
- Conozco a los norteamericanos, por algo fui uno de ellos antes de que me
transportaran. Nunca han digerido el golpe que para ellos representó el tener que ceder
toda la autoridad a las Naciones Federadas. Si acabamos con esos burócratas, los
norteamericanos se pondr�n de nuestra parte.
Wolfgang Korsakov, con gran disgusto de Stu, opinó que sus especulaciones
obtendr�an resultados m�s favorables si todas las Bolsas permanec�an cerradas hasta
que hubiese pasado la tormenta.
Finn era partidario de la violencia: advertirles que retiraran aquellas naves de nuestro
cielo, y machacarles de veras si no lo hac�an.
- Sheenie est� equivocado en lo que respecta a los norteamericanos; yo tambi�n les
conozco. Am�rica del Norte es el sector m�s �halcón� de las Naciones Federadas. Nos
califican ya de asesinos, de modo que ahora debemos darles una lección, golpe�ndolos
duramente. Si machacamos las ciudades norteamericanas, el resto del mundo se avendr�
a razones.
Me deslic� fuera de la estancia, habl� con Mike, tom� unas notas. Cuando regres�,
segu�an discutiendo. El profesor alzó la mirada mientras yo me sentaba.
- Mariscal de Campo, no ha expresado usted su opinión.
- Profesor, �no podr�amos prescindir de esa tonter�a de �mariscal de campo�? Los [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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